PREFECTO BALEADO POR CUATREROS DENUNCIÓ A SU JEFE POR AMENAZAS

El exsuboficial, hoy con ceguera, acusó a su superior de haberlo destratado; aunque desde la fuerza negaron semejante acusación y minimizaron aquella reunión, que reconocen fue tensa. La denuncia llegó al fuero federal.

A más de tres años de la brutal emboscada sufrida por una patrulla de la Prefectura Naval, a manos de cuatreros brasileños que pretendían robar en territorio argentino y que dejó a tres prefectos heridos de gravedad. Uno de ellos presentó una denuncia penal contra uno de sus jefes, por amenazas y coerción y que además lo trató de «quilombero» y «desubicado». El ayudante de primera Walter Ramón Gómez, retirado de servicio a comienzos de este año, quedó ciego en cumplimiento del deber, pero debió afrontar estos años los tratamientos con su dinero, según la presentación penal.

El brutal ataque padecido por Gómez y sus camaradas, el ayudante de primera Daniel Eduardo Ojeda, también pasado a retiro, y el ayudante de tercera Facundo Damián Cabral, quien sigue en la fuerza, ocurrió la madrugada del 2 de abril, cuando patrullaban el río Uruguay, cerca de la desembocadura del río Miriñay, donde observaron una embarcación que llevaba cerca de 350 kilos de carne vacuna, cuatrereada en un campo de Monte Caseros. Al darse a conocer como Prefectura, llovió sobre los efectivos una balacera por parte de los sospechosos, que según indicaron fuentes del caso eran cuatro fuertemente armados con escopetas y armas de puño. Tras el brutal ataque, los hombres huyeron hacia Barra do Quaraí (Brasil), donde se ocultaron. Días más tarde, fueron identificados por la Justicia y detenidos en torno a la causa.

Los tres prefectos fueron alcanzados y heridos gravemente. Gómez presentaba impactos de balas en ambos ojos, con compromiso en los dos globos oculares; uno lo perdió por completo, el otro quedó afectado en un 66%. En tanto, Ojeda recibió un impacto de perdigones en su ojo derecho, también seriamente comprometido; mientras que Cabral fue alcanzado por un disparo en su brazo izquierdo, que cortó uno de los tendones principales, pero logró recuperarse luego de varias cirugías.

Reunión e insultos

Luego de tres años y muchas operaciones y tratamientos médicos y psicológicos, los dos primeros fueron pasados a retiro obligatorio. Gómez, uno de los más afectados, denunció públicamente a un jefe por abandono de persona, amenazas y coerción, al ir a reclamar por los gastos médicos, que al parecer no le fueron reconocidos. El denunciado es el actual jefe de la Prefectura de Monte Caseros, a quien Gómez acusó de amenazas coactivas, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público.

La presentación se realizó ante la Fiscalía Federal de Paso de los Libres, a cargo de Fabián Martínez, y podría ser extensiva a jefes de la fuerza a nivel nacional, aunque desde la órbita de la Prefectura le bajaron los decibeles al tema.

Según la nota concedida al diario Clarín, luego de insistir varias veces, Gómez pudo llegar a reunirse con Calvo el 27 de junio pasado, pero aquel encuentro no habría sido nada cordial, según la versión dada por el exprefecto. A los reclamos por los tratamientos médicos formulados, el jefe de la Prefectura de Caseros le habría dicho, «usted no es bienvenido acá mientras yo esté, es un quilombero y desubicado». Allegados indicaron que si bien fue tensa, la discusión no habría sido en esos términos.

La querellante en la causa es Soraya Ferré, esposa de exsuboficial herido, explicó al medio nacional que Gómez «padece de ceguera total. A pesar de su discapacidad y la dificultad que implica su reincorporación laboral o profesional, ha realizado un enorme esfuerzo personal y económico. Mensualmente, destina un porcentaje de su salario a solventar gastos médicos, honorarios profesionales y rehabilitación, resintiendo gravemente la economía familiar al tratarse del único sostén económico», explicó la mujer.

Extraído de: ÉPOCA